La revolución sumió a la generación nacida bajo ella en el hambre, la debilidad y una sentencia de muerte lenta. Nunca antes me quedo mas claro que cuando vi a ese "niña" de 19 años, muerta en los brazos de su madre ya vieja, vieja pero con la fuerza de los nacidos en una época, en la que pudieron tener una niñez y adolescencia feliz, tranquila y serena.
Hubiese podido ser una hermosa muchacha, con cabellos largos, cuerpo esbelto y mirada risueña, que por su edad seria estudiante universitaria, que hubiese podido estar descubriendo el amor y pasión en los brazos de un joven como ella, pero solo pudo conocer los abrazos maternos, las palabras de amor de su madre y los besos tiernos en las manos y la frente.
Ella tenia los ojos abiertos, como queriendo mirar ese mundo que le prometieron seria hermoso, quería mirarlo aun después de muerta. ¿Y que se le ofreció a esa pobre niña? Solo una muerte en los brazos de su madre, recorriendo una calle solitaria en una de las noches mas oscuras que halla vivido o padecido la ya sufrida Venezuela.
No siento ni alegría de pensar manera romántica o poética que si bien murió acunada en los brazos maternos aquella noche. Ella pudo seguir caminando pero ahora al lado de esa madre ya sin lagrimas que cargaba ese cascaron vacío. seco y marchito, que en ese pasado lleno de dolor y tristeza que recién terminaba, ella llamaba cuerpo.
Alexander Uslar
Confieso que mi alma lloro por ella.
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