Que el peligro de morir,
la cercanía y el encierro
Nos haga bestias.
Bestias sedientas de amor
Llevadas por el deseo.
Que la fiebre en el cuerpo
No sea por un virus maldito
Si no por la incansable fricción
De nuestros cuerpos.
Que los fluidos compartidos
Sean por los besos que damos
O el sexo que tenemos.
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