Para Karina Hidalgo
De nuestra mutua juventud me queda el recuerdo
de verme hastiado de las clases,
pensando muy dentro de mi
como me sorprenderías cuando tocara a tu puerta.
Recuerdo también como mis dedos
iban descubriendo tu cuerpo
y la angustia
con la que nos amábamos por horas
De nuestra mutua juventud me queda el recuerdo
que solo contigo hice todo lo que mis otros compañeros
hicieron después de mucho tiempo
y de muchas parejas.
Recuerdo que te desvestía a la luz del mediodía
y que nos vestíamos apresuradamente
con la tenue luz de una tarde agónica.
De nuestra mutua juventud me queda el recuerdo
que a pesar de nuestra lasciva forma de tratarnos en la cama
iba acompañado de gestos
que jamas habíamos tenidos por otros
Recuerdo y agradezco simplemente
que tu fuiste la primera que tomo mi mano
y yo fui el primero que te escribió una oda.
Uslar
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