Por lo corta de nuestra existencia,
siempre buscamos trascender, es decir dejar una huella en este mundo en que vivimos. Algunos tienen hijos, perros, siembran arboles, componen canciones o pintan cuadros. Yo a los 15 años escribí mi primer poema. Y tu, si lees y recuerdas después de un tiempo lo que leíste aquí, una parte de mi estará en ti y cierto es que yo habré trascendido. Gracias por Visitarme.

18 de noviembre de 2018

Escarban, Escarban






En el descanso entre vías donde el rocío hacia brillar el césped y el árbol joven alzaba su tronco a lo alto, en la plaza donde peones y alfiles luchaban a muerte o la pareja reñía con el tiempo por pasar tan rápido cuando estaban juntos...  Hoy ya no queda nada o si... un túmulo, un montículo.

Un enorme montículo donde pútrida yace la esperanza, la dignidad y la alegría de muchos que como animales ciegos y sordos "escarban, escarban" ansiosos, sin prestar atención a las moscas que entre sus manos sucias realizan su asquerosa danza.

Hambrientos, buscan un hueso o la piel de una papa para correr a casa y hacer un consome de tristeza, deseando correr con la suerte de comerse un hueso con algo de carne o unos fréjoles solo un poco ácidos que por la emoción del momento comerán en el sitio.

Son una nueva raza, hija de los tiempos funestos... extraños, mas fuertes... con una capa osteodermica que los protege de vidrios rotos y metales oxidados. Con narinas diminutas que filtran la pestilencia del túmulo en el que se sumergen como si andaran en un camino de rosas.

Ellos tienen menos dientes, pero con molares mas fuertes para masticar los tuétanos del hueso y moler panes verduscos con consistencia de piedra... con ojos tan oscuros, oscuros, oscuros que al mirarlos un segundo oscurecen los tuyos y engullen tu animo y te llevan a su mundo de ansiedad y tristeza.

Ellos "escarban, escarban" haciendo galerías con sus uñas, tamizando cada centímetro del túmulo, sumergiendo sus pies en aguas que toda criatura sabe infectas... Buscando, pensando, soñando que caen, despertando de pronto y viven, viven lo que antaño fue una vida, humilde pero digna, con sus necesidades pero sin tantas y tan variadas carencias.

Una vida en la que se sentaban a la mesa frente a un pan con mantequilla y un café negro con azúcar para salir luego a la calle al trabajo, del que volvían para darse un baño de jabón y agua limpia y luego acostarse en una cama vieja, con una vieja sabana y una almohada mullida.

"Escarban, Escarban" y logran recordar a una madre, una hermana y una tía ya muertas, ya idas y a un tiempo pretérito donde todos los que querías estaban a la distancia de unos brazos abiertos. Deseando, deseando, deseando de que no sea eterno el negro instante en el medio vivos, medio muertos escarban, escarban el pútrido montículo donde fríos, yacen sus sueños.

Uslar





2 comentarios:

  1. Es un escrito muy triste, cargado de lo que se observa en este día a día. Como el hambre te lleva a buscar y no importa que quieras encontrar, solo quieren su hambre calmar. Y lo más triste como esas personas terminaron allí.

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  2. La primera vez que vi a alguien escarbando en la basura sentí una tristeza enorme,lamentablemente ya forma parte del paisaje caraqueño, como ver a la gente tostada por el sol esperando camioneta u observar niños desnutridos en cualquier parte... Y así miles de calamidades que vivimos día a día...

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